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Una antología de la Asociación Prometeo de Poesía

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Poesía de Siempre      Luis ROSALES


Luis ROSALES







La antología Poesía de Siempre se ha preparado con 50 poetas de lengua española contenidos en el libro Poetas del pasado, de Juan Ruiz de Torres, más otros seleccionados, ilustrados y comentados por distintos antólogos cualificados, en varios países.

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BIOGRAFÍA.
Granada (España), 1910 - Madrid, 1992. Lic. Filología. Secretario de la revista "Escorial", director de las revistas "Cuadernos Hispanoamericanos" y "Nueva Estafeta". Hizo periodismo literario. Miembro del grupo "Cruz y Raya". Antólogo, ensayista, crítico. Miembro de la Hispanic Society y de la Real Academia Española. Premio de periodismo "Mariano de Cavia". Prometeo de Plata. Poemarios: Abril (1935), La mejor reina de España (colab. 1939), Retablo sacro del nacimiento del Señor (1940), Rimas (1951), La casa encendida (1949, 1967), El contenido del corazón (1969), Segundo abril (1972), Canciones (1973), Como el corte hace sangre (1974), Las puertas comunicantes (antol. 1976), Pintura escrita (1978), Diario de una resurrección (1979), Verso libre. 1935-1978 (1980), La carta entera, I. La almadraba (1980), Poesía reunida (1981), La carta entera, II. Un rostro en cada ola (1982), Poesía reunida, Vol 2. 1975-1982 (1983), Antología breve (plaq. 1983), La carta entera, III. Oigo el silencio universal del miedo (1984), Poesía (obra completa, 1996). Entre sus premios de poesía, "Ciudad de Melilla" (1981), "Nacional" (1951), "Miguel de Cervantes" (1983), Crítica (1980).



BAJO EL LIMPIO ESPLENDOR DE LA MAÑANA
en tu adorado asombro estremecido,
busco los juncos del abril perdido;
nieve herida eras tú, nieve temprana

tu enamorada soledad humana,
y ahora, Señor, que por la nieve herido
con la risa en el labio me has vencido,
bien sé que la tristeza no es cristiana.

¿No era la voz del trigo mi locura?
Ya estoy sólo, Señor - nieve en la cumbre - ,
nieve aromada en el temblor de verte,

hombre de llanto y de tiniebla oscura,
que busca en el dolor la mansedumbre,
y esta locura exacta de la muerte.

(De Abril)


AHORA QUE ESTAMOS JUNTOS
y siento la saliva clavándome alfileres en la boca,
ahora que estamos juntos
quiero deciros algo,
quiero deciros que el dolor es un largo viaje,
es un largo viaje que nos acerca siempre vayas adonde vayas,
es un largo viaje, con estaciones de regreso,
con estaciones que no volverás nunca a visitar,
donde nos encontramos con personas, improvisadas y casuales, que no han sufrido todavía.
Las personas que no conocen el dolor son como iglesias sin bendecir,
y yo quisiera recordarte, padre mío, que hace unos años he visitado Italia,
yo quisiera decirte que Pompeya es una ciudad exacta, invariable y calcinada,
una ciudad que está en ruinas igual que una mujer está desnuda;
cuando la visité, sólo quedaba vivo en ella
lo más efímero y transitorio:
las rodadas que hicieron los carros sobre las losas del pavimento,
así ocurre en la vida;
y ahora debo decirte
que Pompeya está quemada por el Vesubio como hay personas que están quemadas por el placer,
pero el dolor es la ley de gravedad del alma,
llega a nosotros iluminándonos,
deletreándonos los huesos,
y nos da la insatisfacción que es la fuerza con que el hombre se origina a sí mismo,
y deja en nuestra carne la certidumbre de vivir
como han quedado las rodadas sobre las calles de Pompeya.

(De La casa encendida)


COMENTARIOS
Luis Rosales, aunque vinculado por amistad a Federico García Lorca, empezó oponiendo a la poética del 27 un contraste de clasicidad en la forma quizá como expresión de fidelidad a valores tradicionales frente a las tendencias rebeldes de aquella generación. Así se nos muestra en Abril. Perteneció a la "poesía arraigada", como llamó Dámaso Alonso a aquellos poetas que se expresaban "con una luminosa y reglada creencia en la organización de la realidad." Poetas que vuelven sus ojos a Garcilaso. Han salido de la contienda con un afán optimista de claridad, de perfección, de orden. Firme sentimiento religioso. Allí estaba Rosales junto a Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo, José García Nieto, Rafael Morales. Después, búsqueda de nuevas formas: La casa encendida, conjunto de largos poemas en versículos y lenguaje personalísimo. Dos rasgos esenciales de Luis Rosales: capacidad de invención y poesía del corazón. Su poesía es completamente original pero asume la tradición de las generaciones del 98 y del 27, la temporalidad y el intimismo de Antonio Machado, el brillo de la metáfora del 27; también, la huella de Neruda..Como le ocurre a César Vallejo, valora la comunión con el dolor de los hombres. Como dice Félix Grande, en Rosales "lo cotidiano es también milagroso". (Mª del Pilar Pueyo Casaus)