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Una antología de la Asociación Prometeo de Poesía

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Poesía de Siempre      Vicente HUIDOBRO


Vicente HUIDOBRO







La antología Poesía de Siempre se ha preparado con 50 poetas de lengua española contenidos en el libro Poetas del pasado, de Juan Ruiz de Torres, más otros seleccionados, ilustrados y comentados por distintos antólogos cualificados, en varios países.

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BIOGRAFÍA.
Santiago de Chile (Chile), 1893-1948. Estudió en su ciudad natal. Fue a París, donde fundó, junto a Guillaume Apollinaire y Pierre Reverdy, la revista Nord-Sud. Tras distanciarse del Surrealismo, fundó el Creacionismo en 1918, en Madrid. Sus restos se encuentra sepultados en Chile, frente al mar, bajo el siguiente epitafio -escrito por él mismo-: "Abrid esta tumba: al fondo se ve el mar'". Sus principales obras poéticas son Ecuatorial (1918) y Altazor o el viaje en paracaídas (1931). (Enrique Valle)


ARTE POÉTICA

Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.

Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.

Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer por el poema;
Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el sol.

El poeta es un pequeño dios.


ALTAZOR -CANTO IV (fragmento)-

No hay tiempo que perder
Ya viene la golondrina monotémpora
Trae un acento antípoda de lejanías que se acercan
Viene gondoleando la golondrina

Al horitaña de la montazonte
La violondrina y el goloncelo
Descolgada esta mañana de la lunala
Se acerca a todo galope
Ya viene la golondrina
Ya viene la golonfina
Ya viene la golontrina
Ya viene la goloncima
Viene la golonchina
Viene la golonclima
Ya viene la golonrima
Ya viene la golonrisa
La golonniña
La golongira
La golonlira
La golonbrisa
La golonchilla
Ya viene la golondíla
Y la noche encoge sus uñas como el leopardo
Ya viene la golontrina
Que tiene un nido en cada uno de los dos calores
Como yo lo tengo en los cuatro horizontes
Ya viene la golonrisa
Y las olas se levantan en la punta de los pies
Viene la golonniña
Y siente un vahído la cabeza de la montaña
Viene la golongira
Y el viento se hace parábola de sílfides en orgía
Se llenan de notas los hilos telefónicos
Se duerme el ocaso con la cabeza escondida
Y el árbol con el pulso afiebrado
Pero el cielo prefiere el rodoñol
Su niño querido el rorreñol
Su flor de alegría el romiñol
Su piel de lágrima el rofañol
Su garganta nocturna el rosoiñol
El rolañol
El rosiñol.

(De Altazor o el viaje en paacaídas)


COMENTARIOS
El Creacionismo postulado por Vicente Huidobro (como oposición al Superrealismo francés, que exaltaba la escritura inconsciente) busca la creación poética como resultado de romper con lo existente y reinventarlo de nuevo, esto es, hacer del poeta "un pequeño dios; no cantar la lluvia: hacer llover". Así, se convierte el poeta en un 'deus ex machina' cuya misión es tomar los elementos mínimos del lenguaje y a través de ellos, componer nuevos elementos que lleven a la emoción estética. Claro, esto es sólo posible para los elegidos que poseen esa potente llamada convocadora; así, el resultado de la famosa conferencia del poeta chileno en el Ateneo de Madrid, en 1921 (que seguía a otra también en el Ateneo, pero de Buenos Aires, en 1916) fue el entusiamo, la adopción de los postulados de Huidobro con el nombre de Ultraísmo, y el alistamiento bajo sus banderas de un importante grupo de poetas, entre los cuales Gerardo Diego (en Buenos Aires, fue Jorge Luis Borges el principal -y fugaz- alistado). Aquello duró bien poco: hasta que los poetas se enfrentaron con la dura realidad de trabajar con tan exiguo material de principio. Pero la huella de Ecuatorial y sobre todo de Altazor, ha fructificado en la mayoría de los poetas actuales; hoy no se puede escribir poesía sin un poco de locura mental' sin un poco de invención-porque-sí, mezcla explosiva que se sube a la cabeza del creador y del lector. Por eso, la deuda con Vicente Huidobro, más que con los vanguardistas alemanes, franceses o italianos, es duradera e imborrable. (Juan Ruiz de Torres)