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Una antología de la Asociación Prometeo de Poesía

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Poesía de Siempre      Eugenio FLORIT


Eugenio FLORIT







La antología Poesía de Siempre se ha preparado con 50 poetas de lengua española contenidos en el libro Poetas del pasado, de Juan Ruiz de Torres, más otros seleccionados, ilustrados y comentados por distintos antólogos cualificados, en varios países.

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  Poetas incluidos
    De la D a la F
  Antólogos
   

BIOGRAFÍA.
Madrid (España), 1903 - Miami (EE.UU.), 1999. De madre cubana, él siempre se consideró un poeta cubano. Dr. Derecho. Profesor universitario. Antólogo, ensayista. Diplomático. Director de la Revista Hispánica Moderna. Miembro de la Academia Cubana y de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Poemarios: 32 poemas breves (1927), Trópico (1930), Doble acento (1937), Reino (1938), Cuatro poemas (1940), Poema mío. 1920-1944 (1947), Conversación a mi padre (1949), Asonante final (1950), Asonante final y otros poemas (1955), Antología poética 1930-1955 (1956), Hábito de esperanza (1965), Niño de ayer, Antología penúltima (1970), De tiempo y agonía. Versos del hombre solo (1974), Castillo interior (1977), Versos pequeños (1979), Donde habita el recuerdo (1984), Momentos 1925-1985 (1985), A pesar de todo (1987), Abecedario de un día gris (1987), Tercero sueño y otros sueños (1989), Lo que queda (1995), Doble acento, 1939.1992 (póst. 2002). Sobre su obra: Saa, Orlando: La serenidad en la obra de EF; VV.AA.: Homenaje a EF: de lo eterno a lo mejor (2000).


HABRÉIS DE CONOCER

Habréis de conocer que estuve vivo
por una sombra que tendrá mi frente.
Sólo en mi frente la inquietud presente
que hoy guardo en mí, de mi dolor cautivo.

Blanca la faz, sin el ardor lascivo,
sin el sueño prendiéndose a la mente.
Ya sobre mí, callado eternamente,
la rosa de papel y el verde olivo.

Qué sueño sin ensueños torcedores,
abierta el alma a trémulas caricias
y sobre el corazón fijas las manos.

Qué lejana la voz de los amores.
Con qué sabor la boca a las delicias
de todos los serenos oceanos.


DESDE LA NIEVE

Desde la nieve convertida en agua,
desde el sucio periódico sin dueño,
desde la niebla, desde el tren hundido
con sus cientos de manos que buscan asidero;
desde la fantasía de los anuncios luminosos
y el ruido sin piedad de las bombas de incendio;
desde la noche que nos cae encima
-losa de cielo sin estrellas-;
desde cada momento perdido entre las calles
donde todos los solos del mundo pasan desconocidos;
desde el árbol sin hojas y el camino sin gente,
otra vez, como ayer, como mañana,
acaso ya como todos los días que vendrán, si es que vienen,
entro al silencio.


COMENTARIOS
Eugenio Florit contó siempre con el reconocimiento de la crítica. Recuerdo unas pocas palabras escritas por el poeta José Ángel Buesa en relación con Doble acento, cuando dice de ese libro que es "macizo y ágil, pleno de un robusto privilegio fronterizo entre el ayer y el mañana de nuestra poesía, con el prestigio de las obras definitivas". Halagar a Florit se convirtió en halagar a la poesía cubana. Nacido en España, trasladado a Cuba y desarrollado en Estados Unidos, para mí fue el poeta e las tres patrias, como le declaré a la agencia de noticias EFE cuando murió el poeta. Sin embargo, en 1981, al publicarle su poema Habréis de conocer que estuve vivo, en la sección "El Poema de Hoy" de Diario "Las Américas" de Miami, Florida, le pregunté qué gentilicio debía usar, y aquel hombre tan pausado y dulce casi gritó: "¡cubano!" Hoy recuerdo a Florit desde un plano más abarcador, como un poeta de todas las patrias, porque en sus versos convergen, con certera recurrencia, los temas universales. Juan Ramón Jiménez lo advirtió y dijo de Florit que, "su sonriente tristeza latina, clásica y futura, lejanísima hacia siempre, es como un efluvio discreto, sustancia de hombre escogido". La mejor compañía de Florit fue la soledad. De ella surgió la hondura, pero también la altura de su poesía. Recorrió un largo camino desde la publicación de Trópico en 1930, cruzando por otros muchos títulos entre los que resaltan Asonante final, Lo que queda, A pesar de todo, Asonante final, De tiempo y agonía, Versos pequeños y lo que fue su despedida: Hasta luego. En un poema de ese libro, "El mar siempre", anticipó el significativo epitafio para el adiós que presentía cercano: "Y así vamos de mares y de orillas/ al límite final que nos espera". (Luis MARIO)