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Muestra s.XXI   María DEL VALLE RUBIO


María Del Valle Rubio







Los interesados pueden encontrar más información sobre los poetas incluidos en esta Muestra Siglo XXI de la Poesía en Español en la base de datos I.R.P.E., actualizada hasta mediados de 2004 y que permite búsquedas paramétricas (36 parámetros) sobre 4700 poetas de la lengua castellana.
Ver detalles en: I.R.P.E. versión 2.0

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  Poetas incluidos
     R
  Análisis Arquetípico
   

BIOGRAFÍA.
Chucena, Huelva, España, 1939; reside en Sevilla. Diplomada en Ciencias de la Educación por la Universidad de Sevilla. Pintora, novelista, dramaturga, articulista; una calle en su pueblo natal lleva su nombre. Poemarios publicados: Residencia de olvido (1982), Derrota de una reflexión (1986), Clamor de travesía (1986), El tiempo insobornable (1989), Museo interior (1991), La hoguera infinita (1993), Sin palabras (1995), Para una despedida (1995), Acuérdate de vivir (1998), Media vida (1999), A cuerpo limpio (2000), Donde nace el desvelo (2001). Premios a poemarios: Barro (1982), Aldebarán (1986), Florentino Pérez Embid (1986), Bahía (1989), Rafael Alberti (1991), San Juan de la Cruz (1993), Angaro (1995), Luis Rosales (1995), Cdad. de Jaen (2000), Antonio Machado (1998), Cdad. de Alcorcón (1999), José Luis Núñez (1986), Rosalía de Castro (1996), Antonio González de Lama (2001).
Ficha en el I.R.P.E.: E1272.
Correo electrónico: mvallerubio@telefonica.net

INFANCIA

Desde esta plaza de la edad primera
donde ahora me hallo y me descubro
corriendo entre la luz de una mañana
muy cerca de la vida y la inocencia,
sabiendo sin saber a dónde iba,
gritando por gritar, amando al viento
con la mano extendida, pellizcando la nada.

Aquí conservo mi semilla antigua,
y mi pupila ardiente
por saber de las cosas.

Llegaba la marea hasta el recuerdo
de un mar imaginado,
sin efluvios ni brisa. Esa brisa marina,
marinera de Huelva, onubense y querida.
Vientos de las marismas en mis pequeñas piernas
como alas de pájaro.
Se escuchaba un relincho,
y la campana, en su metal caía.
La hora y la promesa
de regresar temprano…
¡Maldito los relojes!
El tiempo que me acecha con su péndulo,
cuando vibro en la plaza, y la pasión me ciega.
Y otra vez lo invisible: aquel barco
o aquel pino vigía, guardando el horizonte.

(Inédito, 2004)

UN DÍA MÁS

Al fin me das la mano, me libero
y descubro los pasos del amor.
Las callejas del aire me sonríen
y vuelvo a ser muchacha engalanada
para que tú me mires con ternura.
Atravieso la vida que me brindas
y me hospedo en tus ojos dulcemente
sabiendo del idioma en que me hablas,
cuando no dices nada y te pronuncias
y rompes soledad. Mi soledad antigua
se disipa, se marcha río abajo
cuando tú me proteges contra todos,
los muros, los temores. Y otra vez
te confío las riendas de mi vida.
Un día más le pido a la existencia
para seguir amándote.

(Inédito, 2004)